El pasado sábado 2 de junio, Óscar Zapke pronuncíó una amena charla en el Centro Cultural de calle Mesones a la que asistieron en representación del Excelentísimo Ayuntamiento los Tenientes de Alcalde, José Martínez y Fernando Jiménez.
Un breve recorrido por la Historia, desde los primeros asentamientos romanos de los que se tiene constancia y que ya usaban nuestra comarca como productora de vino, hasta la época más reciente a mediados del siglo pasado con sus anteriores propietarios, sirvió a Óscar Zapke como introducción para trasladar al público congregado en el Centro Cultural de calle Mesones la idea principal que serviría de hilo conductor a su conferencia: la gran importancia de Constantina como milenaria zona vitivinícola.
Comenzó explicando a los presentes las circunstancias que le habían traído a nuestro pueblo y cómo lo que en principio era una idea más turística y de ocio que empresarial, a medida que iba descubriendo las especiales cualidades de la zona, fue tomando cuerpo y transformándose en lo que hoy conocemos: la refundación en 1988 de Fuente Reina, una bodega que databa de 1930, pionera en producir el primer tinto andaluz en 1943.
Los múltiples estudios que en principio se realizaron no hicieron más que confirmar que se encontraba en el lugar ideal para llevar a cabo el proyecto que él resume en la frase "Fuente Reina: una viña, una bodega, un vino".
Y eso es exactamente lo que hizo. Primero la viña en la finca la Purísma Concepción, situada en el kilómetro 11 de la carretera de Cazalla y que es una hacienda vitivinícola desde al menos 1647, que cuenta con 8 hectáreas de tempranillo, cabernet sauvignon y merlot. Se refirió a las caraterísticas especiales del terreno y las grandes amplitudes térmicas del clima.
Luego la bodega, ya en el pueblo, en la calle Mentidero, a la que dotó de los más avanzados medios para la elaboración del vino, con modernos depósitos de acero inoxidable y con aproximadamente 100 barricas de roble francés y americano ensambladas aquí en España.
Y para terminar, el vino, un único vino marcado por las características de la cosecha de cada año, del que elabora dos tipos: el Fundus, un tinto joven, de los conocidos como cosecheros, con unos tres meses en barrica y el Pago de Fuente Reina, con unos 15 meses de crianza y un reposo en botella de unos seis meses, aproximadamente, que ya ha conseguido situarse en la carta de algunos de los restaurantes y distribuidores más importantes del mundo.
Tras la charla, los asistentes pasaron a otra sala del Centro Cultural donde tuvieron la oportunidad de disfrutar de una cata de la cosecha del año 2010 de estos dos vinos, dirigida y guiada por el propio Óscar, que iba explicando brevemente las características de cada uno.