Contemplaron un conjunto extraordinario de patios (todos participantes en el concurso anual de patios cordobeses, y muchos de ellos ganadores en ediciones anteriores), en los que se mezcla una maravillosa naturaleza ordenada, con una arquitectura tradicional, ornamentada con objetos y utensilios también tradicionales, en lo que se desprende parte de la historia de Córdoba. Este año, han sido declarado patrimonio de la humanidad y, ni que decir tiene que es bien merecido este reconocimiento, y un buen reclamo para seguir fomentando el turismo en esta bella ciudad.
Para la visita contamos con una estupenda guía que no sólo se limitó a acompañarnos a los patios anteriormente mencionados, sino que también nos contó parte de la historia del patrimonio cordobés, nos mostró la escultura del Arcángel San Rafael y el Cristo de los Faroles. Todo un recorrido muy completo, que prosiguió con un estupendo almuerzo-buffet libre, (situado frente a la Mezquita), amenizado por un mariachi que animó la comida.